miércoles, 21 de junio de 2017

Las subvenciones ideológicas. Otra muestra de robo institucional, y de degradación social y moral

José María García Giner analiza la degradación moral y social, así como la corrupción que generan las subvenciones ideológicas, en referencia al caso de Compromis (Valencia).


Compromís riega con 2,8 millones (30% más) a los medios con contenidos en valenciano.

Es otro ejemplo de ROBO institucional al que es sometido el ciudadano. El político roba dinero del ciudadano, que tiene que trabajar más meses exclusivamente para el político, no pudiendo llegar en muchos casos a fin de mes, impidiéndole pagar facturas, comprar cosas necesarias o de primera necesidad a sus familias, haciéndole cerrar la empresa, despedir a trabajadores o viendo reducido sus salarios (por crecientes tasas e impuestos, y gasto público, que son más impuestos futuros no solo por la deuda generada sino por los intereses adicionales del pago de la misma, y que acapara crédito por la administración no siendo en su lugar concedido a la sociedad civil).
La perversidad es manifiesta. Quitas el dinero a la gente (le privas de libertad, esa que tanto gusta mentar en los discursos), para destinarlo a lo que quiere no la gente, sino el político, no el consumidor-cliente sino el político y sus clientes políticos.
Altera así y elimina una asignación eficiente de recursos y una satisfacción de las necesidades de las personas, puesto que el recurso no lo dirige su propietario hacia donde más falta le hace o satisface sus necesidades (y por ello lo decide así), sino que lo dirige el político en función de sus intereses egoístas, llevándose por el camino en forma de salarios y burocracia creada (con colocación de afines y puestos improductivos que no generan riqueza neta, al contrario) una parte de lo robado al ciudadano. Dicha asignación ineficiente no va a donde es demandada (voluntaria y libremente, por eso lo quitan y lo destinan coactivamente no dejando al libre mercado -libre voluntad de la gente-). Si no que va destinado a otros fines (beneficiando a clientes políticos-ideológico-familiares-lobbistas…), provocando así una destrucción de capital, menor prosperidad…
Provocas además corrupción política y social, compra de voluntades y chantaje político. Creas una burocracia política con intereses propios que manejan ingentes cantidades de dinero de terceros, creando el incentivo a obtener beneficio de ello (yo te reparto subvención o tal cuantía si tu a cambio…o dame subvención y yo a cambio, o le doy más a este que ahí trabaja tal persona cercana…). Además, como manejo el dinero, compro voluntades empresariales, creando un incentivo peligroso (y que siempre se da), con el fin de controlar los medios que no son públicos (fomenta mis ideas, mis intereses, defiéndeme, hazme propaganda, ataca a mis enemigos…y recibirás dinero público extraído a la fuerza al ciudadano).
De esta manera, el gobierno compra voluntades de manera creciente, controlando a los medios de comunicación (que alterna con los públicos, de ahí el manifiesto interés y prioridad de crear otro Canal 9 al servicio del poder político -del pueblo dirán ellos claro-). Así, el alcance de la propaganda, del adoctrinamiento y de la capacidad de ingeniería social, de creación de votantes y de manipulación de mentes se multiplica y expande a todos los rincones.
El chantaje político proviene de la capacidad económica del gobierno (vía subvenciones, regulaciones, impuestos, tasas…). Modifica los comportamientos de la gente y de las empresas, que ven su objetivo de supervivencia económica cercano (y de crecimiento de poder e influencia mediática) acercándose al poder, para obtener de manera sencilla dinero, que de otra manera tendría que obtener esforzándose en el mercado satisfaciendo necesidades del consumidor frente a competidores que lo intentan hacer mejor que tu.
Creas así amiguismo, grupos de presión, lobbies, pues generas leyes (subvenciones) que riegan de dinero a empresas y grupos de presión varios, corrompiendo la sociedad y haciéndola egoísta, confrontándola y creando luchas y recelos entre la población.
Pero por supuesto, todo te lo venderán que es por tu bien, y que es una emergencia social indispensable (nada más falso y alejado de la realidad, pues donde hay demanda social, surgen asociaciones voluntarias para satisfacer dichas demandas, que en ningún caso deben pasar por el poder político para actuar coactivamente a costa del ciudadano y su bolsillo, y contra la voluntad de otros tantos en beneficio de afines).
Violentar la sociedad, robar a unos para dar a otros, crear confrontamiento y discriminación mediante la ley, no respetar la voluntariedad, imponer coactivamente la voluntad propia sobre terceros…nunca es positivo, y crea una sociedad degradada, totalitaria, egoísta, dependiente y violenta.
Pero esto al político y sus defensores le importa poco. Viven de ello.

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