miércoles, 8 de febrero de 2017

Carmena te dice cómo debes vivir

Carmelo Jordá sobre la última idea de Carmena (Ahora Madrid-Podemos) para cambiar a los ciudadanos de Madrid. 
Artículo de Libertad Digital:
Manuela Carmena | EFE
La alcaldesa de Madrid y su equipo de estrellas municipales se han sacado de la manga un nuevo invento para que no olvidemos que son lo más moderno de la modernez mundial: unos edificios municipales que han dado en llamar ARTEfactos y que van a cambiar los barrios y eso, que ahora ya sabemos que todo es cosa de "los barrios" en los que viven "las gentes".
Se trata de una especie de viviendas sociales destinadas a ciertos tipos concretos de inquilinos o, mejor dicho, a que determinados inquilinos vivan tal y como le parece bien al Ayuntamiento: espacios comunes, cantinas, lavandería, edificios feministas
Como a la carcundia más rancia de los viejos curas de pueblo, a esta izquierda posmoderna le gusta decirnos cómo debemos vivir: si tenemos que reunirnos en la cocina o en el salón de actos, si hay que ir al trabajo a pedales o en autobús, si en un edificio deben vivir jóvenes o solo mujeres, que a este paso van a acabar metiéndolas en un gueto de puro feministas que son.
Cualquier cosa menos dejar a la gente decidir con quién quiere juntarse y dónde, qué espectáculos prefiere ver y de qué tipo, si le gusta tener por vecinos a personas muy parecidas o muy diferentes. Cualquier cosa, en suma, menos dejarnos decidir qué vida queremos en libertad, esa maldita palabra
¿Y gestionar? ¡No, hombre! Ellos no han venido aquí a administrar la cosa pública, ni a solucionar los problemas de unos vecinos que andan subiéndose por las paredes porque a los muy fachas les parece que lo que necesita su barrio no son ARTEfactos, sino centros de salud, polideportivos, líneas de autobús y otras locuras por el estilo.
Asuntos todos que deben de resultar muy aburridos a estos concejales que están en este mundo para cambiarnos y hacernos conocer la delicia de convertirnos en ese ciudadano fetén que va en bicicleta al trabajo, socializa con sus vecinos en la lavandería y asiste a espectáculos de títeres en el salón de actos vecinal. Es decir, ese ciudadano que son ellos mismos.
Porque lo más curioso de todo es comprobar que, tras más de siglo y medio de experimento socialista sembrando de cadáveres el mundo, el Hombre Nuevo que nos prometían los teóricos marxistas son estos chiquilicuatres que se creen que pueden hacer la revolución a ritmo de batucada, malabares y aplausos mudos.
Si Marx y Lenin levantasen la cabeza, yo creo que los fusilaban a todos por desviacionistas, quizá contra la pared de uno de estos ARTEfactos, que menudos artefactos están hechos ellos.

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