miércoles, 13 de febrero de 2013

Dos observaciones sobre el vídeo de la joven que avergüenza al socialismo mundial (Política, Economía.1.254)

Mucho éxito está teniendo la difusión del vídeo en el que al parecer Beatriz Talegón (Secretaria General de la Unión Internacional de jóvenes socialistas) avergüenza al socialismo mundial en este discurso de la Internacional Socialista.

Este es el vídeo en cuestión que está levantando loas y aplausos hacia dicha socialista:




Y hay que hacer aclaraciones al video. Y me centraré en dos puntos. En primer lugar me centraré en el mensaje que intenta dar en su discurso, no en el mensaje crítico en sí, ya que no faltan razones, y muchas para criticar a los dirigentes políticos (no solo estos), sino en si esta persona es la adecuada para decir este mensaje, a sabiendas de quién es, de dónde viene y lo que ha apoyado sin rechistar siempre, y es que surgen sospechas más que lógicas en pensar que tienen la necesidad de un lavado de cara, de intentar hacer ver que hay un cambio y regeneración interna para atraer nuevamente a las bases, tan defraudadas con el partido. 

Y en segundo lugar hablaré sobre la falacia que realiza al culpar al libre mercado de la crisis (que no puede faltar en cualquier discurso que se precie, aunque uno no entienda ni sepa de lo que habla)

Y nada mejor para despejar las sospechas mostradas en el primer punto que la Carta abierta a Beatriz Talegón de un ex-miembro y dirigente de las Juventudes Socialistas que abandonó el partido por estos motivos en el 2009 (cuando ella trabajaba en Bruselas como asesora técnica del gobierno de Castilla-La Mancha nada menos y que ha disfrutado de todos sus privilegios, habiendo sido también concejala en Guadalajara entre otras cosas), y que fue acusado por ella misma de deslealtad por criticar la deriva del partido y que pone más que en evidencia a esta persona y su credibilidad. Muyy recomendable.

Y respecto al segundo punto, y sin pretender extenderme mucho, aclararé la falacia económica que realiza, al decir que "cuando la gente está saliendo a la calle en Madrid, en Bruselas, en El Cairo, están reclamando lo que el problema del capitalismo del libre mercado les ha causado en sus consecuencias" (habrá que preguntar primero que quiere decir esta frase tal como está construída por esa joven de la generación mejor formada del mundo).

Dicha afirmación supone una auténtica estupidez demagógica puesto que si hay algo que brilla por su ausencia hoy, es precisamente el capitalismo de libre mercado. Lo que se da de manera creciente es todo lo contrario al libre mercado, por mucho eslogan populista que se empeñan en repetir mil y una veces.

Y es irrefutable el creciente intervencionismo estatal, las políticas socialdemócratas (que no tienen nada que ver con el libre mercado). El incremento de regulaciones en todos los ámbitos sociales y sectores económicos (es increible ver la evolución del BOE, donde en el año 2012 ya ha superado el millón de páginas de nuevas regulaciones), el control cada vez mayor de la vida privada de las personas, restringiendo día a día la libertad de las personas.

Hay que observar también el gasto público, creciente e imparable año tras año, que supone ya cerca del 50% de la producción económica del país/países, el mayor poder y control del Estado, los constantes rescates no importa el sector, entre ellos los bancos (vaya libre mercado!!) y así un largo etc.

Incluso la crisis financiera e hipotecaria es oríginada gracias al intervencionismo y no a la tan extendida idea que la falta de regulación del sistema financiero. El sistema financiero es probablemente el sector más regulado de toda la economía. Está altamente intervendio por el poder político y solo pueden hacer lo que les permite la autoridad monetaria, cuyas leyes han sido muy negativas pero que ha blindado a la banca en beneficio mutuo. La interrelación entre gobiernos-industria financiera es tremenda. Y no hay que olvidar que los gobiernos tienen el monopolio del dinero.

Un intervencionismo patente ya sea a través de los Bancos Centrales (políticas monetarias expansivas e inflacionarias con tipos reales negativos) o en la acutación de los Gobiernos, a través de una elevada participación en el sistema financiero, como el caso de las Cajas en España, epicentro casi absoluto de los agujeros financieros o las entidades financieras americanas Freddie Mac y Fannie Mae, creadas por el Gobierno para extender las hipotecas por el país extendiéndolas y dándolas a cualquier persona, aún sin garantías ni trabajo (es lo que significa el término subprime tan conocido hoy). De hecho, los gobiernos presionaron políticamente para dar más hipotecas a familias con bajas rentas, por una cuestión social. Y estas hipotecas estaban garantizadas de manera que si no pagaban, respondía el Estado, lo que gestó año tras año, una burbuja inmobiliaria espectacular haciéndole el juego a todo el sistema financiero, desincentivando y provocando una nula gestión del riesgo. Porque si salía bien (y es lo que ocurre en un ciclo económico alcista donde la deuda crece sin parar, y los préstamos se dan sin mirar favorecidos por las políticas intervencionistas -no de libre mercado- sobre los tipos de interés) se forraban, que es lo que pasó durante años, y los políticos y gobiernos tan contentos con sus medidas y sus efectos, porque aceleró el crecimiento económico (toda inversión era rentable y con retornos positivos con tipos negativos considerando la inflación), disparó el consumo debido a la política de préstamos infinitos, lo que les permitía a los gobiernos ingresar impuestos como nunca, que a su vez, les permitía incrementar a niveles no vistos nunca el gasto público (nuevos servicios, hospitales, AVEs, empleados públicos, subvenciones...), una forma perfecta de vender progreso y ganarse votos.

Pero esto suponía un gasto totalmente extraordinario y no sostenible, que tras la explosión de la burbuja financiera y productiva (siendo el mejor ejemplo la hipotecaria) supuso unos déficits y crisis económica dramática.

Y nada de esto es libre mercado, sino todo lo contrario, todo esto son las políticas que defiende partidos como el PSOE, pero cuyas consecuencias critica echando la culpa al chivo expiatorio del mercado, pero para eso hay que entender en primer lugar los conceptos y en segundo lugar saber de lo que se habla.

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